Historia

Contexto histórico

Els Rajolars

Fábricas

El horno Hoffman, implantado a final del años 40, permitía mantener un fuego continuo, sin necesidad de apagar y encender el horno en cada tanda de producción. Para conseguir mantener la temperatura en su interior, y hacer circular el fuego de este modo, era necesaria la construcción de enormes chimeneas que generaron el tiro natural suficiente. Esta innovación tecnológica será la que modifico, en gran parte, el paisaje industrial de Els Rajolars que conocemos.

Els Rajolars

Breve historia

Els Rajolars han sido la localización de importantes industrias para la elaboración de productos cerámicos destinados a la construcción. Su microclima, más seco que en el resto del municipio, la proximidad de las minas de arcilla y la existencia de agua propiciaba esta actividad que consiguió su momento de esplendor durante los años 70. Como herencia de este pasado, el ámbito cuenta con un conjunto de naves de producción cerámica que, en la actualidad, aunque se encuentran mayoritariamente abandonadas, continúan manteniendo una fuerte identidad industrial local con la presencia de chimeneas, hornos, edificios y amplias zonas de secado.

Inicios

Aunque tradicionalmente la actividad predominante de Oliva ha sido la agricultura, también aparecen evidencias que ya, en épocas pasadas, existía cierta producción cerámica. Así mismo, se tiene constancia de la existencia de talleres cerámicos a Oliva desde el periodo Romano.

A los inicios del siglo XX, el área de Els Rajolars presentaba un paisaje agrícola, dominado por cultivos de secano para la producción de pasas. Denominados sequers, dieron el nombre a los terrenos que posteriormente fueron ocupados por las fábricas.

Auge y consolidación​

Durante los años de la dictadura de Primo de Rivera crece la demanda de materiales de construcción fruto de los programas de obra pública, y en general, aumentan el número de empresas dedicadas a la fabricación de productos cerámicos.

El año 1910 surgen las primeras siete fábricas en el pueblo. Cuatro años más tarde, en 1914, se suman otros cinco más, pero es a partir de 1931 cuando empiezan a fabricarse a Oliva todo tipo de baldosas, tejas y bardos, que empiezan a distribuirse fuera de la comarca. Son los inicios de una década en la cual definitivamente se establecerá la industria cerámica pesada a Oliva. Durante los años treinta se darán de alta otras 12 empresas.

Unos años después de la finalización de la Guerra Civil Española, se produce en todo el país un auge importante de la demanda de todos los productos relacionados con la construcción, entre ellos baldosas, tejas y otros productos cerámicos. Durante la década de 1940 continua el crecimiento de industrias ladrilleras a Oliva. Entre 1946 y 1957 se registran otras ocho empresas, llegando a convivir en Els Rajolars alrededor de unas treinta fábricas.

Empujados por la necesidad de dar respuesta a esta demanda, los industriales ceramistas de Oliva ponen en marcha un proceso de modernización de las fábricas para poder aumentar su productividad. Esto lleva consigo uno de los factores más determinantes en la transformación del entorno construido de Els Rajolars: la llegada del horno Hoffman de producción continua, que progresivamente irá sustituyendo a los hornos morunos tradicionales con los cuales funcionaban las fábricas hasta este momento

Este crecimiento industrial llevará también un crecimiento de la población de Oliva con la llegada de numerosos trabajadores, fundamentalmente de las regiones de Andalucía y Castilla-La Mancha, junto con sus familias. Oliva aumentará considerablemente su población a lo largo de estos años, pasando de los cerca de 8.000 habitantes a principios de siglo hasta los casi 17.000 en la década de los 70.

Declive y abandono​

Durante los años 70 y 80 empieza una etapa de declive en la cual la actividad de estas empresas, muy sensible a los ciclos demográficos y del sector de la construcción, fue viéndose reducida hasta llegar prácticamente a desaparecer.

Entre los factores que llevaron a esta situación podemos señalar ciertas carencias estructurales, como la escasa capacidad de comercialización, la ausencia de actualización tecnológica y el poco valor añadido de los productos producidos, con un capital humano con escasa formación. Todo esto hizo que estas industrias se vieron muy perjudicadas por la llegada del bloque de hormigón y por la competencia de algunos municipios manchegos, los cuales fueron capaces de producir a menor precio.

Despacio fueron cerrando todas las fábricas, iniciando un proceso de abandono progresivo que culminó en 1982 con la entrada en vigor del nuevo Plan General del municipio, en el cual se declara el suelo urbano de Els Rajolars como zona de sustitución de edificaciones y usos: propone una reconversión hacia usos residenciales y terciarios y excluye, explícitamente, el uso industrial. Este cambio de ordenación cierra de manera definitiva la etapa industrial del ámbito.

Els Rajolars

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Sant Francesc

Els Rajolars

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